El proyecto de socioafectividad tiene el fin de contextualizar y planear para posteriormente ser ejecutado mediante una matriz con aspectos propuestos frente a la sexualidad y afectividad regido por las directrices del Ministerio de Educación, para lo cual se pretende alcanzar un conocimiento óptimo y concreto en el/la estudiante fomentando un espacio de formación participativa en el cual adquiera habilidades y conocimientos propios de la sexualidad basado en las necesidades afectivas, emocionales, sociales y físicas; favoreciendo la autonomía, responsabilidad, y que las acciones estén encaminadas a un proceso permanente de comprensión y construcción colectiva desde la vivencia de su desarrollo socioafectivo.
Educar para la sexualidad es precisamente brindar herramientas conceptuales, actitudinales, comunicativas y valorativas que permitan a los adolescentes tomar decisiones con relación a su sexualidad que se correspondan con lo que quieren, sueñan y esperan de su realidad. (Ministerio de Educación)
Desde esta perspectiva, la educación sexual mejora las condiciones de vida de niños, niñas y adolescentes, previene problemas de salud psicofísica, y promueve el cumplimiento de los derechos humanos, fomentando la igualdad entre varones y mujeres, así como, la convivencia familiar y social. La educación sexual promueve la internalización de valores relacionados con el papel de varones y mujeres, sin estereotipos, en un marco de equidad. Además promueve el cuidado propio y el de las demás personas, fomenta la equidad de derechos y facilita el desarrollo de actitudes positivas en torno a la sexualidad. Molina, D. Torrivilla, I & Sanchez, Y. (2011).
"LA EDUCACIÓN ES EL ARMA MAS PODEROSA QUE PUEDES USAR PARA CAMBIAR EL MUNDO" Nelson Mandela.